sábado, 26 de noviembre de 2011

Verano 2011.♥

Hay cosas imposibles de cambiar, cosas como querer a una persona hasta el punto de enamorarte perdidamente de ella, cosas como echar tanto de menos a alguien cuando estas lejos o como romper a llorar cuando te sientes triste o querer que alguien te abrace sin pedirlo. Cosas como emocionarte ante las palabras de una de nosotras. Como pensar en un futuro con tus amigas, viviendo en la casa perfecta y con una vida perfecta.
Pero de nada sirve tener la casa más grande, el coche más grande, la fiesta más grande .No nos damos cuenta de que las pequeñas cosas son las que valen, las que se quedan cuando las grandes se van. Lo grande se acaba. No lo toméis a mal, pero es así. De qué sirve una gran casa si no está llena de pequeños muebles, y un coche tan grande si no tienes con quien ir.
Las amigas son esas pequeñas cosas, se van adentrando en tu vida sin quererlo. Todos esos momentos, risas, peleas, lloros, confesiones, criticas, cartas, canciones, idas de cabeza, besos, abrazos, gestos, miradas, borracheras, mañaneos…
La verdadera felicidad no es la que carece de problemas, si no la que sabe cómo superarlos. Pero sin esas personas no somos capaces de superarlos. Llamar a las 3 de la mañana a alguien para que te dé una solución inmediata es algo inefable. Esa persona confía tanto en ti que sientes la necesidad de abrazarla hasta no poder más solo para que deje de llorar.
Ciertamente, la felicidad es algo que no conoces, que piensas que no es muy importante porque todavía no has tenido la oportunidad de saber realmente que algo pueda superar a tu realidad. Pero cuando llegas a ese lugar perfecto, te das cuenta de que has estado viviendo engañada durante años. Que el príncipe azul, si existía. Y que es cierto que en ocasiones abrazas a alguien y no quieres soltarla nunca. Que la vida podía llegar a ser de más de mil colores y que el mar no solo es azul. Que el sol existe para algo más que dar luz y que la vida puede ser maravillosa. Que cuando eres feliz, realmente puedes decir que lo tienes todo.
Lo que me hace feliz es tener esas amigas que te llaman puta con el único fin de verte sonreír. Que con solo mirarte saben perfectamente en lo que estás pensando.
Ahí empezó la felicidad, recuerdo perfectamente esa noche de agosto, la locura de los bikinis, sprints, saltar del colchón a las 7:30 de la mañana a bailar...
Nuestra única forma de enfrentarnos a esto es echarnos a llorar, madrugar después de una fiesta por alguien, cortarse la melena o ir corriendo a un banco cogida de la mano de una amiga para hablar por teléfono ;)
Yo no sé si se os puede querer más fuertee.

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